Megaparásito: el Estado argentino se lleva el 75% de la renta agrícola
Del total de impuestos, se destacan los derechos de exportación, que no toman en cuenta los problemas que afectan la rentabilidad, y el impuesto a los créditos y débitos bancarios.
Por Gonzalo Andrés Castillo
De acuerdo a un informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), el índice que mide la participación del Estado en la renta agrícola aumentó en 13 puntos en junio en comparación con el mismo período del año pasado. Esta situación se debe a la estructura tributaria del país, que no reduce la carga impositiva en situaciones adversas como las condiciones climáticas severas.
Concretamente, en Argentina el Estado se apropia de aproximadamente el 74,6% de la renta agrícola, y para aquellos que arriendan tierras, los impuestos representan incluso más del 100% de la renta obtenida. El incremento en la participación se explica por la estructura tributaria del país, que no considera las disminuciones en la rentabilidad causadas, por ejemplo, por la sequía.
La mayoría de los impuestos, que representan el 75% del total, son nacionales no coparticipables. Entre ellos se destacan los derechos de exportación, que no toman en cuenta los problemas que afectan la rentabilidad y, en consecuencia, aumentan la carga impositiva sobre la renta agrícola; y el impuesto a los créditos y débitos bancarios.
El informe detalló que solo el 18,5% de los impuestos son coparticipables y se distribuyen entre las provincias, incluyendo el impuesto a las ganancias y los saldos técnicos de IVA. Además, las provincias también recaudan impuestos propios, como el impuesto inmobiliario rural, el impuesto a los sellos y el impuesto a los ingresos brutos. Estos impuestos provinciales representan el 5,6% del total. Por último, los impuestos municipales, como las tasas viales y las guías cerealeras, representan en promedio el 0,9% del total de impuestos a nivel nacional.
Por último, en el análisis se concluyó que el atraso cambiario está empeorando la situación. El tipo de cambio no ha podido mantenerse al ritmo de la inflación, lo que ha llevado a un aumento en los costos de producción cuando se miden en dólares. A su vez, las restricciones a las importaciones están encareciendo los productos importados en el mercado interno, lo que impacta negativamente en la agricultura, especialmente en la adquisición de insumos y maquinaria necesarios para la producción.
